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"Una nacion llena de historia" es un espacio dedicado a contar la historia de una forma diferente, aqui encontraras más que resumenes u opiniones, es un espacio para reflexionar y ver que la historia no son unicamente las tipicas biografias de personajes historicos, sino comprender el pasado y relacionarlo con nuestro presente

Las logias masónicas

Las logias masónicas

Fueron el resultado de la introducción de nuevas corrientes de pensamiento político. En nuestro país surgieron asociaciones con tendencias políticas y principios revolucionarios. Una de estas asociaciones, la logia escocesa formó en 1821 el ‘Partido del Progreso’ y a pesar de que muchos de sus miembros eran aristócratas, promovieron la educación popular por medio de las escuelas lancasterianas y se opusieron a que la iglesia continuara siendo económicamente independiente de las tierras de manos muertas.
Esta logia tenía su sustento teórico en los ideales de las obras de Jeremy Bentham, cuyos libros fueron incluidos en 1826 en el Índice por el Papa, y en las de los economistas españoles: el Conde de Campomanes y Gaspar Melchor de Jovellanos, así como el del racionalista benedictino español Benito Jerónimo Feijóo y Montenegro. Como Partido del Progreso, el rito escocés estuvo abierto a cualquier cambio que no amenazara la posición social de sus miembros.
La logia sostuvo que la idea de una República era aceptable para la mayoría de los masones escoceses, pero tenían más bien una concepción elitista: debía ser ordenada, centralizada, y no debía representar ninguna amenaza para la división de la sociedad en clases tal como existía. Puede decirse que el partido del rito escocés estuvo dispuesto a aceptar la república proclamada en 1824, si bien con la esperanza de modificar la base federal del nuevo orden constitucional.
Por esta situación los grupos políticos que no pertenecían a esta logia vieron la necesidad de agruparse para crear un nuevo partido que representara a los de tendencia radical. Como la masonería había servido de instrumento para unir al partido liberal en 1821, era obvio que para 1825 fomentara la irrupción de un nuevo rito masónico: El partido de rito Yorkino.
La finalidad de los partidos tanto escocés como Yorkino, cada cual bajo sus principios; fue de la cumplir con múltiples funciones: definir al estado naciente, orientar la economía nacional, organizar la supremacía del factor político y contribuir a la adecuación de las estructuras sociales.Como tal empresa requería de apoyos incondicionales, los escoceses fundaron una nueva asociación: la de los Novenarios, que no alcanzó mayor apoyo popular; mientras que los Yorkino a su vez fundaron la de los guadalupanos.
El partido de rito Yorkino o sea la facción política que resultó de la fundación de logias yorkinas en 1825, consideraba como primer objetivo la defensa de la independencia de México contra la amenaza española, externa e interna. El partido Yorkino se consideró el defensor de la Constitución de 1824, carta fundamental del federalismo. La inclinación de los masones escoceses por el gobierno centralizado los hizo interpretar la constitución en el sentido que favoreció a un estado fuerte con sede en la Ciudad de México. Los senadores del rito escocés apoyaron la idea de que el Congreso Federal tenía la atribución de declarar anticonstitucionales y abolir las leyes de los Estados, proposición que los Yorkinos no aprobaron.
Las discusiones de este tenor dividieron al Congreso, ya que la Constitución de 1824 otorgó a este organismo, y no a las autoridades judiciales, la competencia respectiva, contribuyendo de manera no intencionada al desarrollo del faccionalismo y del espíritu de partido. Este partido favoreció la creación de milicias estatales y locales, aparentemente para la defensa de los derechos regionales si el gobierno federal trataba de violarlos. La rápida multiplicación de logias yorkinas en las provincias demostró su popularidad entre las clases altas locales, que deseaban proteger su patrimonio. Para el Partido Yorkino, la base legal y constitucional de la sociedad mexicana residió, en primer lugar en las constituciones estatales y en las leyes promulgadas por las legislaturas locales, y en segundo, por el Acta Constitutiva, la Constitución de 1824, y las leyes expedidas por el Congreso de la Unión. El plan de Iguala y Córdoba carecían de base legal. La ciudadanía correspondía a los estados y por ende, las garantías constitucionales debían emanar de éstos y no del gobierno federal, cuya función era simplemente la de hacer cumplir la voluntad de las entidades federativas.
El desarrollo de la masonería –en especial de la yorkina- no escapó de la visión del ministro norteamericano Joel Poinsett; en realidad este personaje intervino para que las grandes logias de Nueva York y Filadelfia reconocieran a los clubes mexicanos. Es más, a pesar de los informes que remitió a sus superiores de Washington, Joel Poinsett fue siempre miembro activo y con derecho a voto de la Real Logia Núm. 4 de la Ciudad de México, llamada ‘la federación’. El ministro de los Estados Unidos Consideraba que su misión en México requería de su participación activa en los partidos de aquella época, con el fin de neutralizar la influencia del agente británico, H.G Ward, en un principio muy fuerte. Este a su vez, sentía una atracción semejante por el partido escocés, aunque nunca fue miembro de él. Como resultado de esa relación íntima con el partido popular, Poinsett estuvo enterado de muchos de los secretos políticos que Ward, al igual que muchos políticos mexicanos, ignoraba.
Es necesario reconocer que la influencia del diplomático estadounidense, sobre la logia yorkina, lo colocó en la cima del panorama político en nuestro país. Poinsett asumió el papel de autoridad. El poder que llegó a tener fue suficiente para ocasionar que en sólo nueve semanas de estancia en nuestro país contribuyera al derrocamiento de Iturbide y sentara las bases de la futura independencia de Texas; además que aceleró la discordia ideológica de las facciones políticas, raíz de las guerras civiles que sufrió el país durante el siglo XIX.

Lobaco Salas Laura Jazmín
Meza Godoy Adrián

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